Subtleties.

Haciendo no mucho caso a mi actual estado, me intentaré disponer a la creativa redacción de un texto atractivo y coherente. Dificiles de superar serán, con seguridad, varios de los hallados en el presente blog pero no por ello carecerá de calidad este mismo. ¿Porqué no continuar con una "falsa" descripción o lo que se aproxima a un hecho pasado pero no constatado?

La sutileza, por seguir con mi instinto, es una de esas capacidades innatas en todo ser humano. No necesitamos aprendizaje previo, ni varios intentos prácticos, ni tan siquiera verla en acción siendo ejecutada por otro ente. Uno de los motivos que la hacen tan común es su morfología de doble filo. Estrecha y delgada la hoja, siendo igualmente cortantes ambas aristas. Rigido el corazón y templados al barro los extremos. Lo menos complicado es hacer brotar sangre, pero unos tajos precisos siempre dejan bellas cicatrices que recordar con alegría y enseñar con orgullo. Y no necesariamente en la propia anatomía, ya que somos homogeneos ante cualquier arma blanca de calidad. Fácilmente haremos mella en nuestra delicada piel intentando marcar a cualquiera, por bien o por mal, siendo esta situación más común de lo que apreciamos a simple vista, como todo. Así es como nos auto-curtimos y curtimos mutuamente para el beneficio induvidual de cada protagonista, siempre y cuando tengamos plaquetas suficientes para detener la hemorragia. En caso de padecer un daño de gran magnitud o puntualizado en un organo imprescindible la única salvación es la extracción de la parte dañada, amputación, o la rápida asistencia médica. El botiquín de primeros auxilios ha de estar presente en la medida de lo posible. Conocer conceptos básicos de medicina ayuda enormemente. Si tiene alguna duda consulte al farmacéutico, que ahora mismo esta escribiendo.

Sin más, por motivos obvios de degeneración física y sobre todo mental, y haciendo uso de mis dotes como desconcertador de masas, pongo punto y final a otra visión completamente parcial de esta patraña de la sociedad.